Detectar una alergia por un alimento, hoy en día se orienta, primero, por los síntomas que presenta el bebé: si tiene vómitos, si hay diarrea, si ha aparecido una erupción, incluso si en ocasiones le da un cierto agobio respiratorio. Eso ya puede indicarnos si el niño ha tenido una reacción de posible causa alérgica. Si además coincide con la toma de un alimento en concreto, como puede ser el huevo, pongo por caso, tendremos que investigar si la causa es realmente ese alimento.
Pruebas para confirmar
Para ello, el pediatra dispone de una analítica, donde de una manera precisa, se investigan las defensas o anticuerpos contra las proteínas de huevo que han originado esa reacción. El alergólogo también puede verificar o directamente comprobar que hay una sensibilidad a las proteínas del huevo, a la yema del huevo, a la clara del huevo, entre otras proteínas, haciendo pruebas cutáneas, el clásico llamado PRI.
Verificación con el alimento
Para comprobar de una manera veraz esa sensibilización alérgica, lo que se hace es dar, de manera controlada pequeñas cantidades del alimento sospechoso y verificar que realmente le provoca una reacción. Esto se hace en un hospital, en una situación que está controlada y que podemos tratar inmediatamente. Con ello, sea análisis, prueba cutánea, o sea test de provocación conseguimos tener un diagnóstico veraz de la alergia provocada por un alimento.